Aaron Antonovsky y su innovadora descripción de la salud
Una de las primeras grandes contribuciones de Aaron Antonovsky fue su innovadora descripción de la salud: no como un “estado de bienestar completo físico, mental y social…” sino como un continuum que busca el equilibrio entre el punto de máxima y mínima salud, puntos a los que llamó bienestar y malestar. De este modo pone más a nuestro alcance el concepto de salud dado por la OMS.
Antonovsky nos dice que, a lo largo de la vida, estamos siempre moviéndonos al encuentro del equilibrio entre los factores que nos enferman (factores estresores) y factores que nos sanan (factores que nos “activan”).
Como él nos hacia notar (y decíamos en el post anterior sobre quién fue Aaron Antonovsky), el estrés está omnipresente en nuestras vidas. Y que salvo los factores estresantes que destruyen directamente el organismo físico, los resultados de salud de las personas son impredecibles.
Cómo nace la pregunta salutogénica
En 1987 Antonovsky publica “Unraveling the Mystery of Health”, el libro en el que se centró más específicamente en los resultados y observaciones del estudio en un grupo de mujeres que estaban entrando en la menopausia. La población de mujeres que participaban en el estudio era muy diversa en origen y experiencias de vida.
Antonovsky explica que encontró que el 29% de las mujeres que habían sobrevivido a los campos de concentración nazis tenían un estado de salud y bienestar positivo, comparado con el 51% de un grupo de control de mujeres sanas que no habían pasado por esa experiencia.
Nada de extrañar por otro lado. Pero él, en lugar de conformarse con el dato que le confirmaba cómo las experiencias traumáticas del pasado comprometían la salud posterior de las personas, lo enfocó de forma diferente. Él se fijó en el 29% de ese grupo que había alcanzado un buen estado de salud a pesar de todo.
Y es así como llega a formularse su famosa “pregunta salutogénica”: ¿Por qué las personas tienen tendencia a ubicarse hacia el extremo positivo del continuo de salud / enfermedad o por qué se mueven hacia este extremo, cualquiera que sea su ubicación en un momento dado? ¿Qué hace posible en una persona ir hacia el extremo positivo de salud?
La mirada que él aplica a este hallazgo lo cambió todo. A Antonovsky le importó y se fijó en que el 29% de las supervivientes de campos de concentración no solo pudieron renovarse y reconstruir su vida sino que además, se declaraban felices y mantenían una buena salud.
Antonovsky escribió: «esto para mí fue la dramática experiencia que me puso conscientemente en el camino hacia la formulación de lo que he venido a llamar el ‘modelo salutogénico’.» (“Unraveling the Mistery of Health”)
Los GRR o ¿cómo los seres humanos superamos la tensión?
Antonovsky escribe en “Unraveling the Mistery of Health” que un factor estresante implica un estado de tensión con el que uno debe lidiar. Que el resultado sea patológicamente neutro o saludable depende de la idoneidad del individuo en su manejo de la tensión. Y vio que los factores que determinan el manejo de la tensión se convierten entonces en la cuestión clave de la investigación de las ciencias de la salud.
Estudiando y observando a las personas, su respuesta tentativa a la pregunta la expresó en el concepto de recursos de resistencia generalizados (GRR, por sus siglas en inglés). Y que son, entre otros: dinero, conocimiento, experiencia, hábitos saludables, compromiso, apoyo social, capital cultural, inteligencia, actividades significativas, tradiciones, ego-autoestima y la visión-sentido de la vida.
Antonovsky se dio cuenta de que le faltaba una medida de selección o cribaje. Con ella, él quería poder identificar si un factor era determinante como GRR sin tener que esperar el tiempo de estudio para ver si funcionaba o no. O, dicho de otro modo, quería entender qué factor sirve como GRR y categorizarlo. Así fue como se desarrolló el “Sentido de Coherencia” como respuesta a la pregunta salutogénica.
El SOC (Sentido de Coherencia): factor predictivo de nuestra capacidad de superación
Antonovsky escribió: “lo que es común a todos los GRR es que facilitan la comprensión de los innumerables factores estresantes con los que se nos bombardea constantemente. Al proporcionarle a uno repetidamente tales experiencias, generan con el tiempo un fuerte SOC”.
Dicho con otras palabras, cuantos más recursos dispone un individuo, más fácilmente puede superar un acontecimiento estresante y encontrar significado a lo que sucede. Y por otro lado, se adquieren más recursos a medida que aumenta la exposición a más acontecimientos estresantes. Así es como defendía que exponerse a situaciones estresantes no es necesariamente negativo. Porque la respuesta está intrínsecamente en la “manejabilidad” del individuo en esa situación dada.
Y uno se maneja mejor y encuentra más fácilmente significado si comprende lo que sucede y se da cuenta de como le afecta. Así determinamos las relaciones entre los tres componentes del SOC que definió Antonovsky y cómo se potencian entre sí.
Este concepto central de SOC lo definió como una orientación global sobre la vida que expresa la medida en que uno tiene un sentimiento de confianza generalizado, duradero aunque dinámico; de que los entornos internos y externos de uno son predecibles; y de que hay una alta probabilidad de que las cosas salgan tan bien como sea razonablemente posible.
A nuestro entender, el SOC constituye, en definitiva, una actitud vital que determina la capacidad que tenemos para hacer un buen uso de los denominados GRR. Significa la capacidad personal para gestionar efectivamente acontecimientos estresantes y no solo evitarlos. Significa conocer nuestros límites, pero también confiar en todo nuestro potencial.
Para desarrollar un fuerte SOC es imprescindible conocerse y conocer los activos propios y los que puede tener disponibles en sus entornos. Conocerse a uno mismo hasta el punto de reconocer lo que necesita cuando lo necesita. Y el sentir CONFIANZA es también el anclaje clave para Antonovsky en su teoría salutogénica.
Y así, conociéndose a sí mismo, es como el individuo logra ordenarse en relación con las pequeñas y grandes experiencias del mundo. Es entonces cuando puede encontrar significado y sentido a la vida. En este aspecto, Aaron Antonovsky tiene una visión de trascendencia que facilita encajar los acontecimientos estresantes de la existencia. Y lleva al individuo a la comprensión y encuentro del sentido.
¿Cómo se aprende a desarrollar este Sentido de Coherencia?
Antonovsky dice: “el individuo debe aprender, a través de la educación, una satisfactoria visión del mundo. Debe poder aprender que el mundo es: comprensible, satisfactorio, valioso, pleno de sentido y manejable”.
Comenta que para un niño es necesario tener cerca un adulto -y en el caso de un adulto tener cerca a alguien- que, a pesar de las preocupaciones y miedos que se estén viviendo, le enseñe a convivir con esto, y le transmita esperanza, y confianza en la vida.
Este SOC se logra desarrollar, como un proceso de crecimiento y maduración interior, de tal manera que la persona va creciendo con los procesos del mundo, a través de un continuo aprender y experimentar. Este continuo “trabajarse”(trabajar el ser), le hace fortalecerse de forma consciente y progresiva para afrontar los acontecimientos de la vida en óptimo estado de salud.