Nosotros no enseñamos, tú aprendes
En estos años de trabajo y experiencia hemos comprobado que la salud y el bienestar auténticos surgen y se aprenden desde adentro. Cuando enfermamos, es decir, cuando perdemos el equilibrio interno y la armonía con nuestros entornos, a menudo necesitamos un tiempo para comprender, reorientar nuestras motivaciones y recuperar nuestra calidad de vida.
En mi experiencia directa, sé la dificultad que supone aprender a parar y mirar “ese adentro”. Tenemos tendencia a pensar que todo pasará -lo cual es cierto- y que mejorará mañana -no tan cierto-.
Si persistimos en esta actitud, un día saltan las alarmas. En circunstancias así, podemos necesitar medicación y/o algún complemento terapéutico, mientras nos abrimos y damos cuenta del cambio que supone aprender a curarse desde adentro. Empieza entonces un recorrido de búsqueda y autenticidad, que necesariamente requiere renovar la mirada y confiar.
A lo largo de una larga trayectoria como directiva y entrenando directivos he conocido multitud de herramientas, técnicas y estrategias. He aplicado y formado con ellas a muchos equipos y profesionales en diferentes situaciones de dificultad y realidades de cambio.
Y han sido de gran ayuda en la adquisición de habilidades para liderar y gestionar tales como:
- resolver problemas,
- asignar objetivos,
- analizar resultados,
- tomar decisiones,
- crear proyectos,
- organizar nuestros tiempos y prioridades,
- gestionar el estrés y el foco de nuestro malestar,
- comunicar y relacionarse con clientes, socios, colaboradores y medios,
- aprender a comunicar y dar “malas” noticias,
- evaluar crítica y empáticamente a colaboradores,
- desarrollar visión que inspire y estimule los cambios,
- consolidar culturas y equipos de trabajo, etc…
En definitiva, disponemos de una base y experiencia sólida que ha demostrado con creces su utilidad en la formación de competencias y el aprendizaje del liderazgo.
Y llega el día, al progresar también como seres humanos entre realidades de alta complejidad, que nos damos cuenta de la importancia y necesidad de dar pasos hacia la transformación personal que madura con sentido a encontrar propósito en el hacer de cada día.
¿Que qué quiere decir coraje? ¡Apostar por nosotros!
En ese momento, apostamos entonces por nosotros, tímidamente primero, pero eso sí: asumiendo el riesgo que comporta iniciar el camino menos transitado del desarrollo. Un desarrollo que nos lleva a completarnos y aprender el significado de cuidar de la propia salud.
En aquel entonces, y aún hoy, las inercias y apariencias se empeñan en perpetuar culturas. Entornos en los que asumir la propia vulnerabilidad se percibe incompatible con la imagen de un ejecutiv@-directiv@ y el principal escollo a menudo está en nosotr@s mismos y en la falta de referentes y pares.
Para adquirir esta mirada renovada hay que encontrar el fundamento sobre el que crear. El fundamento que entiendo como esa combinación de ciencia, conocimiento, arte, pasión, actitud, valores, … que va aportando paz y confianza día a día, paso a paso.
Y siempre practicar, aunque parezca que no se consigue nada… Y preferentemente, hacerlo ameno con herramientas de transformación que permitan profundizar en el autoconocimiento, en la relación con los demás y nos reorienten hacia la vida con salud y autenticidad.
¿Qué herramientas y con qué estrategia?
Cuando todo ello se da la mano, comprobamos que solo necesitábamos unir todo lo aprendido y enseñado como directiva desde el liderazgo y el management para que la adquisición de recursos activara la transformación.
Eso sí, la transformación abierta tenía que empezar por algo difícil: aplicar una mirada hacia adentro en lugar de hacia el exterior que tanto habíamos entrenado. Y empezamos, resuelt@s a aplicarnos en el autoconocimiento, dispuest@s a descubrir el potencial latente e inmenso que nos hace ganar Competencias, Calidad de Vida y Salud desde ese centro de mando interior.
Pero nos dimos cuenta de que habíamos vivido, aprendido y crecido desde y con, la enfermedad y eso nos había convertido en expertos en medir los riesgos de caer victimas de la enfermedad: sabíamos todo lo que había que evitar para no enfermar.
Y comprobamos que no sabíamos nada de la Salud, sí SALUD así, con mayúsculas. Fue entonces cuando sucedió una de las mayores “sincronicidades” de esta existencia -que no explicaré ahora por no alargarme mucho- Queríamos saber y aprender de Salud y nos llegó la formación, aprendizajes y herramientas de la Salutogénesis y de la Health Literacy (“alfabetización” para la salud o educación prefiero decir).
Gracias a esta teoría científica que es amplia, renovadora y humana, hoy en la Escuela proporcionamos un proceso de calidad y base científica que aplicamos con método para que se pueda disfrutar del propio descubrimiento.
Porque eso es Salutogénesis: darte cuenta de que en el origen de la vida está la salud. Ahí te encuentras con tu propósito, tus activos para la vida y con lo que nos hace genuinamente humanos.
Preservar la salud mental aprendiendo Competencias para la Vida
La investigación en Salutogénesis y en Prevención de la Salud mental nos enseña la íntima relación que existe entre ambos pilares o disciplinas. Y el puente que une y comunica entre ambas, lo conforma una buena base de Competencias para la Vida y la Salud.
Hago una llamada de atención: conocer las competencias como técnicas o conocimientos teóricos no supone integrarlas, no nos ayuda lo suficiente. Importa también que sean parte de uno mism@ y saber reconocer cuando se necesitan poner en curso. Si queremos resultados de este entrenamiento y un impacto positivo para nuestra salud mental, necesitamos aprehenderlas.
Y si además esperamos que, con este aprehendizaje, se dé un efecto perdurable en nuestra salud, necesitamos aplicarlas de una determinada manera: la que combina los determinantes clave de nuestra salud, especialmente los claves para la salud mental.
La investigación en Salutogénesis se enfoca en los recursos que nos ayudan a recrear la salud de forma continua, nos ayuda a enfocar el proceso de aprendizaje. Y gracias a dicha investigación, conocemos la combinación idónea que en la Escuela de CVS te acercamos para que tu puedas entrenar a tu ritmo y ganar calidad de vida practicando con las herramientas transformadoras.
Te invitamos a probar y explorarte con el Curso “Sobrevivir o Vivir: ¿Hablamos de salud?”. Porque, ¿sabes lo mejor? Que te descubrirás a ti mismo pasando de actuar como “gestor/gestora de circunstancias” a ser creador de la vida significativa que quieres y mereces.