Ayer acudía con mucha curiosidad a una sesión de continuidad como Alumni de ESADE. Me había atraído el título: “Grandeza de espíritu: una dimensión esencial en el desarrollo directivo”. ¡Y me encantó, claro! No podía estar más de acuerdo con lo expuesto: a pesar de que en general, el mundo ha mejorado en ratios tan significativos como la escolarización y la longevidad lo cierto es que también hay amenazas, que si no actuamos a tiempo, auguran un futuro poco alentador. Comparto algunas reflexiones:
Sobre nuestros comportamientos
Nos dejamos arrastrar por mensajes emocionales que anulan nuestra capacidad de razonar, discernir, y por tanto de actuar dirigidos a un bien común, mayor al de nuestro propio interés y egoísmo.
No saldremos de esta superficialidad si no habilitamos espacios para cultivar la grandeza y dignidad que nos es propia, y entrar haciéndonos las grandes preguntas, que no son científicas sino de aproximación humanista. Puedes encontrar cómo calzarte para este camino a liderar con otra mirada, en la que todo cobra sentido y desarrollar equipos de alto humanismo, ¡merece la pena!
Sobre las batallas que hemos de librar para agrandar la grandeza de espíritu
Las batallas que afrontar se presentan en el mundo del pensamiento-mente y emoción. Y el progreso solo se gana si podemos salir de la jaula de oro cambiando algunas de estas tradiciones o creencias tan instaladas.
Sobre el mayor error que cometemos y que nos impide lograr esa grandeza de espíritu
Lo más difícil, el error que más nos impide progresar es nuestra cerrazón para mirar con otra mirada. Es del todo necesario para nuestra sostenibilidad como persona y como organización darnos cuenta de las relaciones que existen entre las cosas. Hemos de recuperar valores y entrenar una perspectiva holística sobre el mundo que vemos, que imaginamos y en el que queremos vivir. Nunca los jóvenes y los no tan jóvenes estaban viviendo tan desorientados como sucede ahora (se habla de la “first quarter life crisis”).
Aunque a mi modo de ver, lo más grave es que se está llegando a normalizar un estado de profundo descontento y la ansiedad que esto produce aun nos aísla, individualiza y sumerge más en el mundo digital en el que se mimetizan modelos superficiales de vida y trabajo.
Además de competentes, auténticamente humanos
Necesitamos coraje para ponernos en marcha, transformar nuestra vida paso a paso soñando primero y trabajando después para crear el futuro que queremos. Encontremos nuestra grandeza de espíritu que es la que nos hace humanos y ¡No te conformes con menos!
Sé que en mis días como “alta directiva” hubiera gozado un montón escuchando y practicando en algunas de las empresas, (no en todas hubiera sido posible…) iniciativas como las que hoy ofrezco y ofrecemos como empresaria y emprendedora. Y lo hacemos desde la profunda convicción de quien mira con una nueva mirada a la vida y el trabajo. Justo el que se está abriendo paso en cada día más organizaciones.
Dolores dice
Interesante reflexión Soñar en grande, nos h as ce más humanos y creativos, Esa debe ser la visión a futuro ♥️
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Javi Vidal dice
¡Muchas gracias Dolores! ¡Así es!