Tras el primer post sobre las Organizaciones Humanas, hoy os traemos esta segunda parte donde hablaremos de la dimensión humana en la organización. Qué es, cómo la medimos y por qué es necesaria que la cultivemos en los tiempos actuales.
- Introducción a la dimensión humana (de la vida)
- Qué es la dimensión humana y cómo la medimos: las tres inteligencias
- Cómo está hoy introducida la dimensión humana en la organización
- Y ¿qué define una alta IES? Las cualidades de la IES
- Cuándo usar la IES
- La importancia de la IES en la transformación personal y de la organización
- ¿Por qué necesitas desarrollar la IES en la empresa?
- 1- Porque necesitas personas transformadas que quieran transformar organizaciones con éxito.
- 2- Porque las personas en la organización quieren formar parte de la solución, no del problema.
- 3- Porque necesitas dar otro rumbo a la organización
- 4- Porque los colaboradores piden encontrar sentido a lo que hacen
- Qué puedo hacer para cambiar
Introducción a la dimensión humana (de la vida)
Inicio esta entrada con “La invitación” a leer un extracto de este antiguo poema de Oriah,
No me interesa lo que hagas para vivir ni como llegaste aquí,
No me interesa a quién conoces,
No me importa la edad que tengas,
No me importa dónde vivas o cuánto dinero tengas, ….
… Quiero saber si puedes vivir con alegría,
Quiero conocer tus anhelos y si te atreves a soñar con realizarlos,
Quiero saber qué te sostiene por dentro cuando se derrumba todo lo demás,
Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo,
y si realmente te gusta la compañía que llena tus momentos vacíos.
El poema extenso es una invitación a aprender el sentido de lo humano y a entregarse a la vida en mayúsculas, algo que ha arrancado con fuerza en esta primera parte del s. XXI y que hoy, año 2020, estamos viendo amenazado en nuestro avance como especie de la manera más fortuita.
Qué es la dimensión humana y cómo la medimos: las tres inteligencias
La evidencia científica ya demuestra que la dimensión humana más elevada “es” y se manifiesta como energía de amor, algo intangible y real a la vez. Y hablamos del auténtico, no del amor condicionado que aprendimos de las pelis o los cuentos de la niñez. Esta autenticidad es una energía totalmente contrapuesta a la del miedo-límites-normas que aún domina la mayoría de nuestros ambientes y climas, tanto internos como externos. Pero vamos por partes…
A lo largo del s. XX el Coeficiente intelectual o de inteligencia (CI) ha dominado la escena. Este tipo de inteligencia es la que usamos para resolver problemas racionales, lógicos y de estrategia y es nuestro primer proceso cerebral, altamente adoptado desde Newton y Darwin.
En los años noventa Goleman popularizo la Inteligencia emocional (IE) que fue influenciada probablemente por la teoría de las inteligencias múltiples (IM) que Gardner había dado a conocer unos años antes. La IE nos hace conscientes de las emociones que sentimos y la ciencia demuestra que, cuando se dañan las zonas cerebrales que reflejan lo que sentimos, pensamos con menor eficacia, confirmando que emoción y pensamiento son un binomio indisoluble.
¿Cómo se relacionan las teorías de Goleman y Gardner? Podemos decir que la IE de Goleman engloba las inteligencias interpersonal e intrapersonal que define Gardner. También Gardner había definido el “concepto inteligencia” como la capacidad latente y desarrollable que, para que se convierta en inteligencia, requiere cumplir 8 criterios en los que no entro aquí. En cualquier caso, lo que importa ahora es darnos cuenta de que toda la psicología en el mundo occidental a lo largo del s. XX ha estado dominada por dos procesos, el racional (CI) y el emocional (IE).
Pero ni el CI ni la IE, juntas o por separado son suficientes para explicar toda la riqueza de la inteligencia humana. Porque los seres humanos somos esencialmente espirituales porque sentimos la necesidad de preguntarnos cuestiones fundamentales. Pero no fue hasta principios de este s. XXI cuando empezó a aparecer gran cantidad de información científica -que aún se está digiriendo- y que nos muestra la existencia de una tercera inteligencia, la inteligencia espiritual (IES).
Esta inteligencia se despliega ante la necesidad de hacerse preguntas esenciales como: ¿porqué nací? ¿cuál es el sentido de mi vida? ¿porqué debo seguir adelante cuando me siento deprimido, cansado, frustrado? ¿qué hace que todo esto valga la pena?
Cómo está hoy introducida la dimensión humana en la organización
Goleman y Gardner nos hablaron de emociones intrapersonales -las que se dan en nosotros y marcan la relación que mantengo conmigo- y de emociones interpersonales, aquellas que suceden y compartimos con los demás o usamos para relacionarnos con ellos. Aunque la IE nos hace conscientes de los sentimientos propios y de los demás y nos ayuda a desarrollar empatía y a responder al dolor o al placer, la mera IE no puede ayudarnos a superar el abismo entre ambos tipos de emociones, intra e interpersonales.
Y es que necesitamos la IES para comprender quiénes somos y lo que las cosas significan para nosotros y cómo damos a los demás un lugar y sentido en nuestras vidas. El propio Gardner admitió la existencia de una inteligencia espiritual años después de haber publicado su libro “Inteligencias múltiples”.
La IES facilita el crecimiento al ser un centro activo que da sentido y crea valores. Y ésta es la mayor preocupación de la gente hoy día: el sentido de las cosas, el valor de lo que hacemos y somos. Muchos afirman que la necesidad de encontrar sentido está en la base de la actual crisis humana. Decía Viktor Frankl:
La búsqueda de sentido es la primera motivación de la vida de un hombre y no una “racionalización secundaria” de impulsos instintivos. Este sentido es único y específico ya que puede ser hallado por cada hombre a solas. Entonces adquiere una importancia que satisfará su propia voluntad de significado.”
La investigación de Ramachandran y colaboradores, de la Universidad de California aporta además una prueba científica de la existencia en el cerebro de un centro que podemos llamar espiritual que ha ido creciendo a lo largo de la evolución de nuestra especie, en el que reside esta dimensión de sentido. Su conjunto neuronal y las redes que lo conforman está localizado entre los lóbulos temporales del cerebro.
Por otro lado, las investigaciones del Prof. Singer del Max Planck Inst. prueban que existe un proceso oscilatorio neuronal en el cerebro dedicado a fijar y unificar información dando significado a nuestras experiencias.
Aunque vivimos y crecemos en una sociedad materialista, la buena noticia es que podemos superar esta crisis humana si desarrollamos esta inteligencia, la IES, porque está en nosotros y como toda inteligencia se puede cultivar. Su conjunto neuronal y las redes que lo conforman está localizado entre los lóbulos temporales del cerebro. Ahora, lo que sabíamos por experiencia puede conocerse también por evidencia. Cultivar la IES nos ayudará a desarrollar la dimensión humana en la organización.
Y ¿qué define una alta IES? Las cualidades de la IES
Clarifico lo primero que la IES no tiene conexión con la religión necesariamente. Y también que ser religioso no garantiza un alto coeficiente de IES.
La IES es una capacidad interna e innata del cerebro humano que, si la desarrollamos y usamos, nos ayuda a forjar nuevos rumbos encontrando en nosotros, aquello que nos emociona, da sentido, dignifica y nos hace de guía. Y encontrar el sentido empieza con la pregunta: ¿cuál es tu historia de amor con el mundo? ¿qué pide el amor que haga ahora? Y es que estas preguntas nos invitan a mirar adentro y a relacionarnos con los demás desde un lugar nuevo, más allá de los limites ego-centrados.
Una alta IES se define por las características siguientes:
- capacidad de ser flexible
- poseer un alto nivel de conciencia de uno mismo
- capacidad de afrontar y trascender el dolor
- capacidad de reconocer y de utilizar el sufrimiento transformándolo
- la cualidad de ser inspirado por una visión y valores
- oposición o resistencia a causar daños innecesarios
- tendencia a ver las relaciones entre las cosas (ser holístico)
- marcada tendencia a preguntar “¿por qué?” “¿y si…?”
- poseer facilidad para retar el “status-quo”
Cuándo usar la IES
La IES difiere principalmente de la IE en el poder que tiene de transformación. Tal como define Goleman, la IE me permite conocer en qué situación me hallo y entonces adaptar mi comportamiento a las expectativas. Esto es trabajar dentro de los límites. La IES, sin embargo, nos da capacidad para cuestionarme sobre esos límites, discernir y modificar para modular la rigidez de unas reglas y de hacerlo además con comprensión y amor.
Usamos la IES cuando necesitamos ser creativos, cuando necesitamos ser flexibles, visionarios y espontáneos. La usamos porque nos permite transformar creativamente una situación cuando estoy comprometido porque quiero vivir algo nuevo. Así nos abrimos a explorar y alterar las situaciones viviendo un juego infinito y permitimos desarrollar la dimensión humana en la organización.
La importancia de la IES en la transformación personal y de la organización
Es importante conocer que nuestros cerebros están diseñados para que las tres inteligencias CI, IE y IES puedan funcionar juntas y se complementen. Pero cada una de ellas tiene su propia área de acción y puede funcionar por separado siguiendo mecanismos separados. De modo que podemos no ser óptimos en las tres de forma simultánea. Por ejemplo, podemos tener una alta CI e IE y baja IES. O una alta CI y baja IE y IES.
Poniendo ejemplos cercanos, diríamos que los ordenadores tienen un elevado CI, conocen las reglas y las siguen y eso les hace eficientes en lo que hacen. Por otro lado, tenemos los animales que, a menudo, tienen una sólida IE, tienen sentido de donde están, del medio a qué pertenecen y saben cómo responder adecuadamente a lo que se les presenta en el momento. Pero ni los ordenadores ni los animales se preguntan por qué tienen esas reglas y qué sentido tienen, o si pueden aspirar a cambiar algo, o vivir otra situación. Funcionan dentro de sus límites y sus mecanismos aprendidos, por eso decimos que su juego es finito.
Como humanos, como especie, desde que bajamos de los árboles hace dos millones de años estamos en búsqueda y realización de nuestra misión o sentido. La IES, el tercer sistema neural del cerebro se estima que aparece en nuestra historia como especie recientemente, 70.000 años, y viene para dar respuesta a este anhelo de sentido que nos impulsó a bajar de los arboles.
La IES viene a quedarse -si lo permitimos- y nos ofrece un proceso que unifica e integra la información que proporcionan las otras inteligencias, CI y IE y, lo más importante, es que posee el potencial de transformar lo que ha surgido de ambas inteligencias y por tanto la IES permite una renovación total ahora, porque se da y sucede ahora. Así es como la transformación sucede sin esfuerzo al integrar el sentido de las cosas y sucesos. Esto además de que nos profundiza nos permite hacer nuevo en cada instante cualquier situación.
¿Por qué necesitas desarrollar la IES en la empresa?
Si aspiras a la transformación o cambo cultural, se necesita la fuerza y potencia creadora de la dimensión interior o espiritual en acción. Enumero algunas razones, entre otras:
1- Porque necesitas personas transformadas que quieran transformar organizaciones con éxito.
La IES es la inteligencia que necesitas potenciar porque nos hace conscientes de que tenemos problemas existenciales, sea lo que sea, y nos permite resolverlos o encontrar la paz a pesar de ellos. Usamos la IES para avanzar hacia la persona desarrollada que tenemos el potencial de llegar a ser y lidiar con situaciones y problemas con los que nos sentimos atascados o atrapados por nuestros viejos comportamientos del pasado.
2- Porque las personas en la organización quieren formar parte de la solución, no del problema.
Sin embargo, hoy día en las personas y organizaciones se percibe desasosiego. Sin ánimo de sonar alarmista me atrevo a decir que estamos en el abismo como especie (individualmente por cómo me relaciono conmigo) y como organización (por cómo me relaciono con los demás y con el mundo).
Veo cada día como se habilitan planes para un cambio cultural pero se siguen acometiendo con modelos lineales cuando el mundo se mueve exponencialmente. Conformarme con “aprender” o desarrollar IE no nos hará sostenibles como seres humanos ni cambiará viejos modelos de negocio que están destinados a desaparecer.
3- Porque necesitas dar otro rumbo a la organización
Un rumbo que dé sentido y misión a lo que haces además de resultados económicos. Ese es también el sentido fundamental que tiene el desarrollo de un propósito para las organizaciones que comparten nuevo milenio y paradigma. Pero no vas a avanzar a la velocidad que querrías ver implantado este nuevo rumbo sin un modelo nuevo que potencie la IES de los colaboradores.
4- Porque los colaboradores piden encontrar sentido a lo que hacen
Ellos piden pasar a la acción y ciertamente no podrás transformar la cultura sin el compromiso de las personas en su propia transformación personal. Para eso necesitan encontrar sentido y valor de contribución a lo que la organización, dice, hace y se propone hacer. Necesitas tocar el corazón, no la emoción que es efímera. Necesitas conectar y vincular lo profundo de cada uno en el desarrollo de esa visión de conjunto que incluye a todos y en la que todos cuentan y contribuyen.
¿Porqué? Porque está en nuestra naturaleza la capacidad de aspirar a algo que nos enriquece como especie, que nos proporciona valor y nos lleva mas allá de nosotros mismos.
Qué puedo hacer para cambiar
La IES está en nosotros en potencia, como están todas las inteligencias en el niño cuando nace. Y al igual que hacemos con todas las demás inteligencias desde que nacemos y en la escuela, se puede cultivar y entrenar.
Nuestro mayor reto está en que vivimos en una cultura espiritualmente pobre, caracterizada por el materialismo y cortoplacismo. Nuestra esperanza reside en que está todo por hacer, no nos hemos entrenado hasta ahora demasiado.
Nuestra inspiración exponencialmente transformadora está en Lifecourse Journey. Para eso se creó: porque al igual que Rafa Nadal entrena su saque y sus golpes, también podemos entrenar y desarrollar esta capacidad latente y convertirla en inteligencia humana consciente. ¿Hablamos?