Cuando empiezo la relación con un cliente, la primera pregunta que surge es esta: “Y dime, ¿cuál es la diferencia entre un proceso de Mentoring vs Coaching?”.
No siempre lo tenemos claro… ¿Cómo poner en valor y discernir cada especialidad? ¿Qué me mueve al buscar acompañamiento profesional? Al reflexionar en la propia experiencia, primero como coachee, luego coach y más recientemente como mentora, veo el sentido de recorrido que ha tenido para mí: es un apasionante «journey» camino de la autonomía, libertad y responsabilidad al que no le ha faltado una buena dosis de coraje.
Primera diferencia: la mirada entre el Mentoring vs Coaching
Pero vamos a centrar el análisis en los diferentes aspectos que se dan entre mentoring vs coaching. La primera diferencia es la «mirada». Mentor o coach, ponen la atención en focos diferentes cuando miran a la persona. El Mentoring mira al ser humano completo y explora en todas sus dimensiones. Observa, investiga contigo y va a conocerte a lo largo, ancho y profundo. ¿Recuerdas cuando perdiste el gozo y la paz? Así va descubriendo lo que te aporta sentido y diseña el programa específico, que integrará en ti todas tus dimensiones.
La «mirada» del Coaching a la persona, se enfoca en un tema o motivo, que es lo que se va a «coachear». Se mira al coachee con intención de «espejarle», para que la persona vea reflejada los aspectos de patrón, lo reactivo que hay en él-ella, (normalmente tiene que ver con lo emocional-ego), aquello que está atascando el tema que nos incumbe. Así aplica una técnica certificada por horas: importa conseguir resultados en el corto plazo.
Segunda diferencia: la relación que se crea
Otro aspecto diferencial que destaco tiene que ver con la creación de relación con el coachee o mentee, o más bien en la profundidad que Mentoring y Coaching dan a la educación emocional. El Mentoring se enfoca en crear relación auténtica, no una relación técnica. El Coaching aplica técnicas y enseña estrategias para «controlar las emociones». El Mentoring propone un trabajo de reconocimiento de las emociones, pero una vez vistas y conocido su origen, trabaja en trascenderlas.
El mentor o mentora aporta su experiencia y pone al servicio, y a disposición del mentee las propias competencias, validadas por una experiencia contrastada y coherente que bucea en el impacto humano de lo que se hace y cómo se hace. Porque estuvo allí, el mentor o mentora te habla de cosas reales con confianza y actitud generosa.
Conclusión final Mentoring vs Coaching
Coaching vs Mentoring. Mentoring vs Coaching. Cada uno tiene su utilidad, su «para qué». Aunque para mí, el Mentoring tiene también un «porqué». Si nos motiva que nuestra organización esté en el futuro, es importante que nos ocupemos de renovarla, de hacerla humana y mentalmente sostenible y caminar hacia la magia de la conexión humana.
Este es el «porqué»: el «journey» de ponerse al servicio de otros no tiene más camino que el viaje al interior de uno mismo, al propio liderazgo, de «dentro hacia fuera». Y si estás pensando empezar por un proceso de Mentoring, no dudes en ponerte en acción y contactar con nosotros.
Y ¿qué pondremos en la mochila?
Una buena dosis de compasión, para compartir con pasión, y coraje.