Abordar el propósito en el puesto de trabajo es clave no ya para tener éxito, sino para tener un trabajo que nos permita ser excelentes; no solo ganar reconocimiento por el hard work, el trabajo intenso, sino porque somos felices y creativos y, finalmente, porque hemos aprendido a dirigirnos y dirigir a los demás encontrando sentido en lo que hacemos. En resumen, «sencillamente» el propósito en el trabajo es importante porque nos merecemos una vida plena y satisfactoria.
- Qué es el propósito en el puesto de trabajo
- ¿Cuáles son los beneficios de trabajar guiados por un propósito?
- ¿Qué factores se van a potenciar en las personas cuando trabajen con propósito?
- ¿Puede una empresa renovarse desde el propósito en el trabajo y crecer en rentabilidad?
- ¿Qué fórmula aplicar y por dónde empezar la renovación a través del propósito?
Qué es el propósito en el puesto de trabajo
¿Y qué es propósito? En el diccionario damos con definiciones genéricas que nos ayudan a comprender, semántica y lingüísticamente: un propósito es la intención o ánimo por el que se hace algo, la determinación de hacer algo.
Y en la organización, ¿qué se entiende por propósito en el trabajo? En este caso, hablamos de lo que le da sentido, su razón de existir. A nivel corporativo nos quedamos con esta definición, extraída de las declaraciones de miles de empleados y publicado en un reciente articulo de la HBR: “Propósito es el sentido agregado de significado e impacto que sienten los empleados”.
¿Ves algo tangible en esta definición? No hay indicador económico que se vincula directamente al poder que tiene trabajar y dirigir nuestra vida unida a un propósito.
Y, sin embargo, es cuando por fin comprendemos la relación entre ambos y nos damos cuenta de que los beneficios y objetivos económicos no están reñidos con el propósito, sino que éste es la fuerza impulsora que los anima, sucede que las personas y empresas entran con fuerza y una mirada renovada en el emergente paradigma empresarial de la Purpose economy.
¿Cuáles son los beneficios de trabajar guiados por un propósito?
Con esta nueva mirada, en la empresa desaparece la oposición entre lo técnico y lo humano, entre el hacer y el ser: esta separación ya no tiene cabida en las organizaciones que marcan el rumbo al futuro desde ahora.
Por otro lado, y porque el propósito nace de lo más interior de la persona, el principal beneficio del propósito en el trabajo lo recibe el individuo al dar espacio a su interioridad. Trabajar y vivir guiado por un propósito nos beneficia porque nos da la oportunidad de mirar hacia adentro y renovarnos al salir de los límites, bloqueos y actitudes que impiden la expansión de mi talento.
Conocerse, reconocerse desde los valores y trascender la superficialidad es lo que despliega vínculos nutritivos y nos hace saltar, vivir y trabajar en esa dimensión en la que brilla el propósito y desde la que me puedo vincular al propósito corporativo.
¿Y en lo económico, qué beneficios encontraré? Cuando 9 de 10 empleados declaran estar dispuestos a ganar menos dinero para hacer un trabajo más significativo (HBR-Developing employees), podemos medir también en términos económicos el impacto que tiene trabajar con propósito. Desarrollamos ya múltiples indicadores económicos que nos confirman que crear mayor significado en el puesto de trabajo ya no es algo opcional, es un imperativo para la sostenibilidad de nuestra empresa y el bienestar global de nuestros empleados.
¿Qué factores se van a potenciar en las personas cuando trabajen con propósito?
- Trabajar con propósito nos dispone a aprender de forma valiente al hacernos las preguntas hondas que despiertan la fuerza interior dormida. En este camino de madurez se va descubriendo cómo dejar atrás las cargas pueriles de la emocionalidad y también las trampas de la mente que, aunque se adornen de inteligencias, nos arrastran con todo su bagaje de interpretaciones y condicionamientos, allí donde no queremos estar.
- En este camino ascendente comprendemos lo que sucede y aprendemos a ser inclusivos.
- Cuando dejamos de empeñarnos en cambiar a la persona que soy, de querer cambiar nuestros pensamientos «feos» por otros «bonitos», aprendo el valor del verdadero reconocimiento que, primero dirijo a mi mismo y solo luego a los demás. ¡Y aun hay más!
- En este camino aprendo a discernir y llegar al fundamento de la aceptación: la confianza en la vida. Es esta sensación generalizada de que pase lo que pase en el exterior, disponemos de los recursos y competencias que nos darán la fuerza para saltar, a la que Antonovsky denominó e instrumentalizó como el Sentido de Coherencia en su teoría salutogénica
¿Puede una empresa renovarse desde el propósito en el trabajo y crecer en rentabilidad?
Rotundamente SÍ. Aunque hay que crear las condiciones. La reinvención o renovación requiere visión y determinación del CEO y su equipo directivo, por un lado, y conocer bien el punto de partida de la organización por el otro. Porque veamos, ¿de dónde venimos? Sin entrar en mucho detalle, en el modelo de empresa en el que nos hemos formado, educado y trabajado en el pasado siglo, se inculcaba que era el shareholder value lo que daba sentido y sostenibilidad a la empresa.
Y ese value se medía y se mide con ratios e indicadores económicos que normalmente son «juzgados» en plazos de 12 meses. En estas condiciones las empresas actúan desde el miedo a que el inversor o accionista coloque sus fondos en otra empresa.
El miedo lleva al control y a más hard work porque hay que ganar y competir, diferenciarse, tener más reconocimiento, vender más que nadie, quitarse unos a otros los profesionales de aparentes mejores resultados…
Y aunque hoy hemos avanzado algunos pasos y hablamos de stakeholders value – uno de ellos, el empleado – en estos entornos, muchos profesionales no son felices porque no pueden desplegar la más genuinamente humana de todas nuestras inteligencias, la única que las puede unir al propósito corporativo.
Para que el propósito en el trabajo nos impulse con su fuerza no basta con definirlo, declararlo y publicarlo en la web corporativa. Para que trabajar con propósito tenga impacto económico y humano en la organización debe sentirse auténtico. Y solo puede sentirse auténtico cuando surge de nuestra dimensión interior expresando esa inteligencia que nos hace y es genuinamente humana, la espiritual. Es la inteligencia espiritual la que nos permite ser creativos, identificar valores, vivirlos, compartirlos e inspirar confianza.
Esta es una dimensión e inteligencia que necesita ser entrenada porque: el vínculo del Propósito con la rentabilidad se da, solo y si el senior management ha sabido difundir el sentido que hay detrás de la declaración de propósito por toda la organización, dando una atención especial y cuidada a los equipos de managers. Y al ser entrenada se convierte en la competencia clave para dirigir en el marco de la purpose economy.
¿Qué fórmula aplicar y por dónde empezar la renovación a través del propósito?
“Una persona que lucha por conseguir dar un sentido a su vida y a su trabajo no es neurótica, es profundamente humana”
V. Frankl – Fundador logoterapia y autor de «El hombre en busca de sentido»
Como mujer, directiva, especialista en business y marketing ¿me permites una aportación más? Lo que he aprendido gracias a diversas experiencias de negocio y cambio cultural vividas:
- Préstate atención: encuentra tus ratos de parada y haz coherente primero el interior de ti mismo, y mira el de tu organización después.
- Ocúpate y atiende a cada una de las personas. Asegúrate que se comprende, se vive y da valor al propósito corporativo. Para acompañarte en este recorrido a trabajar con propósito hemos creado el modelo y método LifeCourse Journey. Te puede ayudar a acelerar tu propio cambio y el de tus empleados.
Luego ya podrás dirigir tu mirada a los de marketing y no te preocupará si tus marcas son reconocidas como a Purpose-driven brand. Sabrás que lo serán, no lo dudarás. Y habrás hecho primero lo primero. Si se quiere marcar una diferencia a través del propósito los líderes han de abrirse, aplicar determinación, ser flexibles y equilibrados, trascender intereses personales y hacerse preguntas:
¿Estamos creando el ambiente para que se dé el salto a lo que nos hace más humanos y auténticos? ¿Están pudiendo desplegar nuestros managers y empleados esta dimensión de su inteligencia? ¿Qué barreras tenemos? ¿Estoy siendo yo una barrera?.