¿Por qué hablamos de Aaron Antonovsky?
Antonovsky fue un investigador incansable que quería conocer los efectos y el impacto del estrés en diferentes situaciones en las que se dan profundos cambios existenciales.
También estudió cómo las diferencias sociales, culturales y económicas impactan a lo largo del tiempo en la salud. Estos estudios se convirtieron en hitos para la investigación y fundamentaron la evidencia, y creciente preocupación, de que las sociedades industrializadas contribuyen negativamente en la mortalidad y morbilidad de los individuos. Si viviera hoy, no me cabe ninguna duda que estaría estudiando el impacto de la tecnología en el ser humano y en su salud.
Con la publicación en 1979 de su teoría salutogénica en el libro “Health, Stress and Coping”, Aaron Antonovsky se convirtió en un precursor de la Medicina del Comportamiento (Behavioural Medicine). Esta es una rama de la medicina que acerca las ciencias de la salud basadas en la materia (como biología, física o química) con las que se basan en la “psique”, el alma y lo social (por ejemplo psicología, psiquiatría, sociología o consciencia).
Acerca de Aaron Antonovsky (contexto y biografía breve)
Antonovsky nació en Brooklyn en 1923 y tuvo que interrumpir sus estudios de Historia y Economía para ir a servir en la Segunda Guerra Mundial. Se graduó en Sociología en la Universidad de Yale en 1945 donde tuvo su primer contacto con un nuevo campo de la medicina que se estaba abriendo camino entonces: la Sociología Médica. Se convirtió en Profesor del College de Brooklyn y en 1956 fue Director de Investigación de la Comisión del Estado de Nueva York contra la Discriminación.
En 1960, él y su mujer Helen, psicóloga de desarrollo, que también le acompañaba en alguna de sus investigaciones, emigraron a Israel donde Aaron empezó sus investigaciones en Medicina Social Aplicada en Jerusalén. Allí también inició una investigación sobre el impacto latente que las comunidades asistenciales tienen en la salud de las personas. El papel de las instituciones y la comunidad en la salud, fue una de las aportaciones más relevantes que amplió en su teoría de la Salutogenesis.
En 1972, ayudó a establecer la escuela de Medicina Social de la Universidad Ben-Gurion del Negev y ocupó la cátedra Kunin-Lunenfeld de Sociología Médica. Durante sus veinte años en ese Departamento, Antonovsky desarrolló su teoría de la salud y la enfermedad, que denominó Salutogénesis, modelo que describió en su libro de 1979, “Health, Stress and Coping”. Y en 1987 publicó “Unraveling the Mystery of Health”.
Las valiosas contribuciones a la comprensión de la Vida y la Salud
Encontramos estudios de Antonovsky en muy distintas circunstancias y contextos: adolescentes que se enfrentan al mundo fuera de la escuela, mujeres entrando en el estado de menopausia, personas que afrontan la jubilación laboral, pacientes diagnosticados con cáncer, esclerosis múltiple, estenosis arterial…
En todos sus estudios, Antonovsky observó y nos hace notar, que el estrés está omnipresente, pero no todos los individuos muestran resultados negativos para su salud como respuesta al estrés. Le llama la atención que, en cambio, algunas personas llegan a alcanzar un buen estado de salud a pesar de su exposición a factores de estrés potencialmente incapacitantes.
En todos los casos Antonovsky se interesó e investigó acerca de cuales eran los recursos que las personas, de cualquier edad, ponen en juego para la adaptación al cambio e introdujo el concepto del SOC (Sentido de Coherencia) para explicar el grado de confianza generalizada que una persona tiene. (Más detalle aquí: siguiente post)
Instrumentalizó su teoría con el Cuestionario de Orientación en la Vida, (también se le conoce como Cuestionario SOC) del que se disponen dos versiones, la larga con 29 preguntas y la corta con 13. Esta última es la más conocida y se ha impuesto entre las investigaciones del grupo de estudio internacional en Salutogénesis
Antonovsky murió en 1994 dejando un poderoso legado sobre los fundamentos de la salud y del desarrollo humano. La teoría de la Salutogénesis promueve como principio central el reconocimiento de un ser humano sano y capaz de afrontar el estrés que imponen los sucesivos cambios. La clave para que un individuo supere una situación adversa ganando salud y calidad de vida está entonces, en la capacidad del hombre de confrontarse con lo extraño, los conflictos de la incertidumbre implícita en los cambios, y salir fortalecido de esas circunstancias.