Ayer, en nuestra presentación en público en Madrid, se abrió un interesante foro-diálogo alrededor de la dificultad que tenemos en los entornos de trabajo a abrirnos, y conectar auténticamente desde “mi” sentido a “nuestro” propósito.
Cuando se trata de atraer, convencer, despertar y apasionar al talento en las organizaciones, la clave está en ser capaz de crear vínculos sólidos, nutritivos y perdurables. En un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, (v.u.c.a.) ¿qué puede haber mejor que una clara razón de ser que compartir y que nos llene de sentido y propósito en mi organización?
Retos para el liderazgo: ¿desde dónde lideras?
Para llegar a este punto no es suficiente con declarar una visión, con la misión y valores que lo acompañan, sino que hay que mojarse un poco más. Porque hay que atreverse a abrir el corazón y declarar con convicción el propósito que nos puede ahora sí, unir y sostener hoy y mañana.
A nosotros en WHI-Institute nos encanta acompañarte con nuestras soluciones a ese nuevo lugar. A mí particularmente me hubiera sido muy útil en alguna de las tres fusiones que he liderado y para facilitar la cohesión de equipos y cambios de mindset, disponer de un itinerario como el que se propone con LifeCourse Journey.
Y para ver la importancia que tiene este apasionante reto del liderazgo, quiero compartir más hechos y realidades contigo:
- El último informe de Deloitte sobre lo que motiva al talento Millenial y Z nos aporta un dato significativo. Ell@s, el talento llamado a liderar las empresas en breve, pide que ya se deje de hablar del purpose y se traslade y pase a la acción.
- Por otro lado, el ultimo informe de Ernst Young nos dice que, aunque el 89% de los directivos declararon que el propósito es determinante para la motivación de empleados y relaciones con clientes, solo el 49% reconoce tenerlo presente y estar centrando en él cuando ha de tomar decisiones de negocio en el día a día.
Impacto en nuestra calidad de vida: camino a encontrar sentido y propósito en mi organización
No es fácil, primero encontrar el mio propio y declararlo. Luego, vivirlo y hacerlo accionable al exterior. Porque hay que vivirlo, y entrenarse para disfrutarlo y disfrutar la vida y el trabajo si quieres que se convierta en el intangible sólido que nos vincula, nutre y hace crecer. Igual que Rafa Nadal no logra ser campeón sin entrenamiento diario continuado, nosotros no podremos vivirlo sino le dedicamos espacios propios a compartirlo a dejarlo entrar en nuestras vidas y desde ahí, devenga en lo que lidere, conduzca nuestras acciones y decisiones.
A menudo las empresas declaran un propósito que sienten que las ennoblece como comunidad. En el ámbito que más domino, el de la salud, traigo a colación el de dos compañías farmacéuticas que conozco bien. Encontramos una declaración como “to make a difference in the lives of people through our medicines”, a la que se declara en la siguiente “transform the patients world by helping them realize their hopes and dreams”. (Fuente: webs de MSD y Almirall respectivamente).
Las dos son maravillosas y nobles, vaya por delante. Sin embargo, quiero plantearte un reto: ¿puedes profundizar en estas declaraciones y discernir qué las diferencia? ¿Desde dónde te hablan? ¿A quién le hablan? ¿Qué despiertan en ti?
¿Por qué es tan difícil introducir el propósito en nuestra vida diaria?
Aunque sepamos que con, y a través del propósito podemos entusiasmar a nuestros equipos, lo cierto es que no dedicamos los espacios necesarios a la apertura, para que nos confiemos y vinculemos desde lo que también para uno mismo tiene sentido. El propósito me llama a abrir el corazón y encontrar sentido en esto que hago. Sea lo que sea, pero requiere algo de tiempo darme cuenta que “lo que hago” importa menos que comprender desde dónde lo hago.
¿Alguna otra razón? Sí: porque no me conozco lo bastante para saber y saborear aquello que es también significativo para mí. No está en la organización, sino en mi interior, encontrar sentido y “significatividad” entre lo que hago y el porqué lo hago. Es fácil encontrarlo, si ponemos ahí la mirada. Ayer en Madrid, con una breve dinámica practicamos como encontrar los motores en mí, los valores propios que puedo activar al reconocer que los tengo y, desde ahí, recuperarme de los baches y unirme sólidamente al trabajo que realizo.
Nuevo liderazgo: hay un camino para ti, solo hay que dar un primer paso
El trabajar con sentido y propósito en mi organización ha venido a cambiar las reglas del juego. Y las cambia, porque cambia por completo el marco de relación, el lugar desde el que me relaciono con todos los grupos de interés, empezando por renovar el vínculo que creo con y entre los empleados de mi organización.
¿Lo mejor de este cambio? Que puedes renovar la organización por completo, conseguir un clima de complicidad feliz entre las personas, despertar y llevar a la acción todo el talento que tienes ya disponible. Y desde luego que puedes tener sin duda, resultados nuevos y sé que justo eso es lo que buscas.